miércoles, 23 de marzo de 2011

¿EN QUÉ MUNDO VIVIMOS

¿En qué mundo vivimos?

El ser humano está en la tierra de modo consciente, dotado de inteligencia. Necesita tener conocimientos de las cosas. Solo así podrá sobrevivir entre los otros vivientes que también están en la tierra. Por eso no puede dejar de preguntar y cuestionar el mundo en que vive. Sin conocerlo no puede sobrevivir.
Para los seres humanos actuales la pregunta más necesaria es: ¿en que mundo vivimos? Por la palabra mundo se entiende aquí en primer lugar la población humana, alrededor de 6,000 millones de personas, Esta población se haya asentada en diversos países, hasta el presente, 232 forman parte de la Organización de las Naciones Unidas.
En segundo lugar, mundo significa el orden en que se organiza la comunidad humana, es decir, el orden internacional. Es un hecho que sobresale por encima de cualquier otro que la humanidad se divide en países más ricos, más desarrollados tecnológicamente, y otros más pobres, menos desarrollados en tecnología. En ese mismo orden de cosas, la humanidad queda dividida entre ricos y pobres. En los países ricos hay pobres y en lo pobres ricos, a veces muy ricos.
La relación entre ricos y ricos es de una categoría, y la relación entre pobres y pobres, es de otra muy diferente. Ricos y pobres no se tratan. Son como mundos aparte, Pero existe una real relación entre ellos: el mundo pobre es explotado por el mundo por el rico, que obtiene su riqueza del trabajo del pobre.
Así se da el hecho de que el 95 % de la riqueza de la humanidad pertenece al 5% de la misma, mientras que el 95 % debe conformarse con el sólo 5 % de la riqueza producida por el trabajo de los pobres. Se comprueba que la distribución de la riqueza es abismalmente desigual. Cinco tienen casi todo y 95 tienen muy poco. A la pregunta de en qué mundo vivimos, hay que responder que vivimos en un mundo extrañamente desigual.
La mayoría de la humanidad es pobre y dentro de esa mayoría de pobres, muchos millones viven y mueren en la absoluta miseria. El orden según el cual se relaciona la humanidad es esencialmente perverso. ¿Cómo se relacionan los seres humanos entre sí? Terriblemente mal. Esa es la realidad que tenemos delante. ¿Qué ha sucedido para que la inmensa mayoría de la humanidad acepte trabajar para que un pequeño grupo se haga rico y poderoso sin medida? ¿Cómo ha llegado la humanidad a este extremo de increíble desigualdad?
Quizá la historia nos ayude a encontrar la explicación de ese proceso ominoso y cruel. Es necesario hacer un recurso a la historia, será tan breve como pueda ser. Dice un historiador que no se sabe bien cómo ni cuando comenzó la esclavitud, lo que es lamentable; pero eso realmente no es tan importante. Lo tremendo, lo horroroso, es que tampoco se sabe, ni bien ni mal, cuando terminará.
La esclavitud ha estado siempre vinculada a la producción, primero agrícola, después minera, más tarde marinera, finalmente todas juntas. Sin excluir, claro está, la esclavitud doméstica. Durante miles de años, los esclavos fueron sometidos a trabajar por la fuerza y estimulados por el estallido del látigo. A la medida que fue creciendo la libertad de unos pocos, fue creciendo el sometimiento de los esclavos que eran muchos. La esclavitud está esencialmente ligada al empleo de la fuerza. Y se da el hecho contradictorio de que el poder militar se basa en el concurso de pobres y esclavos en los ejércitos de antes y de ahora.
Algunos de estos esclavistas fueron también grandes pensadores y políticos. La condición de seres humanos llegó a borrarse en la mente de los esclavistas. Desde aquellos remotos e ignorados tiempos unos pocos humanos se han hecho ricos con el trabajo de muchos esclavos, rebajados de la condición humana y miserablemente pobres. Esto se ha prolongado de una manera brutal por más de diez mil años.
Un cambio de las condiciones de la producción en el siglo XIX llevó a los amos a una reflexión distinta. Si se observa con detenimiento, se ve con toda claridad que lo gastado en el mantenimiento del esclavo, su alimentación, su salud, resulta más caro que pagarle un sueldo. Comenzó a existir otra forma de explotación mucho más barata: pagar un sueldo y dejar al individuo encargado de obtener por sí mismo los medios de su subsistencia. Así se cambió el látigo por el sueldo. Pero la esclavitud siguió vigente. Entonces, ¿en qué mundo vivimos?.
En un mundo en que hombres y mujeres trabajan y producen riquezas para otros, no para ellos. En realidad, vivimos en un mundo de esclavos. En este mundo vivimos, aunque la mayoría esté ajena, inconsciente. No sabe en qué mundo vive. Creo justo y necesario que tengamos una conciencia clara del mundo en qué vivimos. Quizá otro mundo mejor sea posible.

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